JAIME RESTREPO CUARTAS
Un médico colombiano, de la Universidad de Antioquia, Tulio Bayer Jaramillo, de Riosucio, Caldas, tenía un espíritu revolucionario a flor de piel. Cuando estudiaba medicina perdió anatomía y para recuperarla aprendió francés para leerse los 11 tomos en francés de la obra de Testut Latarget y profanó y robó con sus compañeros cráneos y esqueletos de los cementerios para aprender los detalles anatómicos. Cuando mataron a Gaitán caminó por el oriente antioqueño con un compañero, haciendo uso de un revólver rescatado de una prendería, buscando unirse a las guerrillas liberales, las que nunca encontraron. Hizo su año rural y luego su trabajo como médico en sitios en donde pudiera estar cerca de los insurgentes, como Anorí, Dabeiba o Puerto Carreño. Hizo una pasantía en Estados Unidos y se vinculó como profesor en la recién creada Universidad de Caldas, de la cual fue expulsado por vivir con una prostituta. Se vinculó a las guerrillas liberales, a un reducto de Rosendo Colmenares, quien no entregó las armas como la mayoría, sino que las enterró cuando los guerrilleros dirigidos por Guadalupe Salcedo se rindieron a los militares en el Gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla. En la cárcel en donde lo conminaron como insurgente, levantó a los presos de la Modelo e hizo con ellos una huelga de hambre. Intentó montar su propia guerrilla en la Sierra Nevada de Santa Marta con un fusil y una máquina de escribir, objetos que le guardó su segunda mujer Amira Pérez Amaral, quizá emulando Tulio, con tres bisoños que decidieron seguirlo, a los combatientes cubanos de la Sierra Maestra. Comentarios de un escritor o de la editorial. Acerca de esta novel, Luis Fernando Macías dice: En la reconstrucción de la vida de Tulio Bayer, Jaime Restrepo Cuartas nos deja ver, de un lado, aspectos, recónditos de los orígenes de las guerras en Colombia; de otro lado, ciertas peculiaridades, de la condición humana y, acaso en última instancia, la manera como un hombre encuentra en otros rasgos de su propia personalidad negada, su sombra.