JAIME RESTREPO CUARTAS
Un sacerdote católico, de edad avanzada, yace postrado en un camastro, en la habitación de una casa cural, encerrado bajo llave, sin luz y sin ventanas, y en un estado de postración en el cual solo sus sentidos permanecen ávidos, pero ha perdido toda movilidad. Quienes viven en las otras habitaciones, cómodas, del primer piso son los jerarcas de la iglesia que fueron sus perseguidores, por ser él un discípulo de la Teología de la liberación que preconizara Leonardo Boff, y tuviera exponentes en Colombia como Monseñor Gerardo Valencia Cano o Camilo Torres Restrepo. Él recibe la visita de dos de sus fieles discípulos, y al saber que llegaron sus amigos, les cuenta en un segundo toda la historia de su vida, las persecuciones e ignominias a las que ha sido sometido. Mas ellos llegaron fue a verlo morir, a despedirse, y él, en ese último instante, alcanza a entender que no ha sido escuchado.
El escritor Juan Diego Mejía, ganador del premio Colcultura 1996, dice en el prólogo de la primera edición: In Extremis es una novela para leer con la tranquilidad de estar leyendo a un escritor que sabe muy bien lo que hace. Además del innegable dominio de la palabra escrita, Jaime Restrepo conoce los detalles de la fisiología humana y se ha enfrentado en múltiples oportunidades a la muerte.
Por otro lado la también escritora Claudia Ivonne Giraldo, expresa: Esta novela exigente, cuyo narrador no se mueve de un camastro en donde agoniza, tiene como motor y motivo la memoria, concentrada y minuciosa, que puede recorrer décadas y resucitar voces para mostrarnos, no solo la complejidad de un individuo que confiesa sus más íntimos pensamientos, sino la historia más oculta y sórdida de la Iglesia Católica en Colombia durante una época en que se enfrentaba con garras y colmillos a quien propiciara la apertura de las ideas
Luego del Concilio Vaticano II, la Teoría de la Liberación se empieza a conocer en Colombia. Bajo sus preceptos surgieron movimientos como Golconda al que perteneció el protagonista y cuyos integrantes fueron perseguidos con método y sin tregua