JAIME RESTREPO CUARTAS
A finales de la década del setenta y comienzos del ochenta surgen los grupos llamados paramilitares. Estos son creados en el país después del secuestro de Martha Nieves Ochoa en 1981 y el intento de secuestro del narcotraficante Carlos Lehder por el M-19. En el Magdalena Medio, el inicio de estos grupos busca impedir el secuestro de los terratenientes y gamonales de la región y deja a los campesinos en medio del fuego cruzado entre la guerrilla, el ejército y estos grupos que surgen inicialmente contra los secuestradores. La novela, de múltiples personajes, líderes y campesinos que buscan organizarse en Ligas campesinas, se va construyendo en medio de las vicisitudes de unos y otros, unos por construir la organización en ese berenjenal de violencia y otros por superar la pobreza. En el proceso se va intrincando la vida de los trabajadores del campo: cultivadores, pescadores, lancheros, mineros, guerrilleros, soldados y paramilitares, y en medio de esta lucha, y van surgiendo los héroes de esta historia, vinculados a la tierra en su afán por sobrevivir.
Janeth Posada, escritora y editora dice: Como un espejo de lo que acontece desde hace décadas en muchos lugares de nuestra geografía, se sucede la vida en Miraflores, un pueblo ribereño obligado a asistir al surgimiento de una violencia, infame como todas, y como casi todas alimentada por la ambición. Las historias de sus pobladores se van uniendo, a la manera de un mosaico, para dar forma a la tragedia de hombres, mujeres y niños en lucha permanente por sobrevivir, héroes de barro que terminan por deshacerse entre las balas, la incertidumbre o el abandono, que es el disparo más certero.