OSPINA, WILLIAM
En algún momento la naturaleza fue algo sagrado para la humanidad, y por eso era admirada, temida, respetada. Pero esa comunión se rompió. El hombre se volvió arrogante, se consideró el centro del universo y juzgó que la naturaleza era suya, que estaba ahí para su dominio y su explotación. En este ensayo, William Ospina reflexiona sobre este proceso y rastrea sus huellas en las religiones, el arte, la filosofía, la ciencia, la historia, la literatura, y llega a la dramática conclusión de que es urgente un alto en el camino, pues lo que está en juego es la supervivencia del planeta y de la raza humana.
"Todo ese poder acumulado y voraz que acapara la tierra y el aire, el agua y el subsuelo [...], está destruyendo eficazmente con nuestra incesante complicidad el viejo universo de los dioses, envenenando los manantiales, degradando las aguas, contaminando los suelos, cercando de basura las ciudades, cubriendo de desechos no biodegradables los océanos, y produciendo una alteración del clima planetario...".